Cuentos

EL REENCUENTRO

 

Te encontré en el centro comercial y caminé a prisa en compañía de mi amiga, para no tener que dirigirte la palabra.  No sabría que decirte después de todo lo que pasamos,  después de tanto tiempo sin vernos…

Me alcanzaste pidiendo que habláramos; quise ignorarte y seguí adelante. De nuevo  aceleraste el paso, me aventajaste y tu mano me detuvo el brazo; sin vía de escape exclamé:

–No sé de qué quieres hablar, creo que todo quedó muy claro, o no?. Tú y yo no podemos estar cerca, porque…– No me dejaste continuar.

 –Te equivocas! No es así! Primero, discúlpame por todo el daño que te causé; dejé perder tu amistad, tu cariño; no te supe valorar. Perdóname! — Dijiste emotivamente.

— Es que jamás entendiste   que nuestra amistad pudo haber continuado sin importar que yo,…,  que  yo te amara. Nunca comprendiste que hubiera sacrificado  el amor que despertaste en mí por conservar la amistad que nos mantenía unidos desde años atrás de manera tan especial. — Algo se anudaba en mi garganta.

–Me dio miedo, lo siento!– Exclamaste. — No  quería herirte, por eso te alejé, pero, también sufrí… Sentí que me traicionabas,  que habías utilizado nuestra amistad para llegar  a mí de otra forma.

– Tenías algo de razón,

— Lo sé,  perdóname también, quizá no supe expresarme, quizá te fallé por no saber como manejar la situación. No quería perderte, no supe que hacer…

— Entonces, podemos comenzar de nuevo. — Aseveraste, mientras yo temblaba de incertidumbre.

— De nuevo? No lo sé. No creo poder ignorar todo lo que pasamos, ni dejar de lado que ya nos conocemos, como si nada hubiera significado. Las cenizas que tu ausencia provocó corren el riesgo de avivarse otra vez.  Mejor… dejémoslo así.

— No!– Dijiste  desesperado.– Quiero que estemos bien, que no haya barreras entre nosotros, que  nuevamente podamos ser  completamente sinceros, que superemos juntos nuestros temores… por favor… te necesito!– Mi mente giraba en busca de respuestas, porqué, porqué me decías esto, porqué regresabas.

— No lo entiendes, verdad?  Está bien,  quieres sinceridad?, debo confesarte algo,…, yo…– Mi voz se cortó, dudé, no sabía si decírtelo o no, no sabía como. Pasé un poco de saliva. — … Yo… todavía te amo, con toda la fuerza de mi ser. En este tiempo he intentado dejar atrás lo que pasamos, pero te me atraviesas en cada pensamiento, estás presente en cada paso, es imposible ver hacia delante.  Tengo  miedo!,  Mírame!, tenerte aquí me descontrola! No sé si podré verte como amigo. El amor  que te profeso ha superado la amistad, ya no es como antes, no podría ahora poner  nuestra amistad ante todo, mientras  este otro sentimiento me consume  y…– Lágrimas comenzaron a ser derramadas por mis ojos. Secaste una con tu mano, me mirabas fijamente.

Levantaste ligeramente mi barbilla, te inclinaste hacia mí. Nuestras respiraciones  se fundían en una sola, mi corazón se aceleraba incontrolable. Una de tus manos  se deslizaba por  mi espalda,  la otra jugueteaba con mi cabello mientras  tu boca se fusionaba con la mía… Uno, dos, tres,…, veinte o treinta segundos, quizá más…

Después de ese beso me quedé sin palabras, no alcanzaba a comprender lo que estaba sucediendo, tal vez no quería hacerlo.

— Yo también te amo. — Susurraste a mi oído.

— Te miré a los ojos; supe que no mentías. Nos abrazamos y nuestros labios se  reencontraron.

— Taralalalaralala, taralalalaralala– Nos interrumpió.

— Taralalalaralala, taralalalaralala– Era mi celular.

— Oh! No! No!, porqué ahora?– Pensé molesta.

Sonó  otra vez.

— Taralalalaralala, taralalalaralala– Dónde está?…,  dónde estás?

Abrí los ojos. Me senté en la cama, y miré a mi alrededor.

–No!, No!– Estaba sola en mi casa.

— No pudo ser solo un estúpido sueño! No! Era tan real!, estabas aquí, te ví…, te sentí…

— Taralalalaralala, taralalalaralala.

— Sí, bueno…

Tu opinión es muy importante, déjame tus comentarios: